El decìa que los chats eran reflejos de la vida
que no eran verdad,
decia que no habia que confundirse,
y vos solo sonreìas.
El te explicò con paciencia de maestro
que los espejos eran vidrio iluminado.
Y vos te reiste a carcajadas.
Cuando el viò tu sonrisa,
(cuando al fin te viò)
avanzò hacia el espejo
tomò tu mano
y dejò de explicar absurdas teorias de chat.
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